¿Te has sentido parte de un proceso alimentario que nace con un agricultor que siembra lo que llega a tu mesa y ha cultivado de manera responsable la comida con la que te alimentas?

Eso me pasa con La Canasta, una Red de productores agroecológicos de la cual puedo decir muy orgullosa que hago parte. Hago parte desde mi rol como consumidora o comensal. Y tengo claro que soy muy importante en la Red porque nosotros los consumidores o comensales (como nos llaman), precisamente somos parte de esa cadena de alimentación, y una cadena está unida por eslabones. En caso de faltar alguno, la cadena no sirve. Eso me hace sentir responsable también y por eso escribo hoy esta reseña. Para compartir que en tiempos de cambios como los que estamos viviendo, necesitamos estar más unidos, apoyándonos los unos a los otros.

Gracias amigos de La Canasta por todo su trabajo y por darme la oportunidad de hacer parte de una Red que me permite ser más coherente conmigo. ¿Por qué coherente? Porque me permite recibir alimentos cultivados de manera responsable, cuidando el medio ambiente y la salud, respetando y apoyando un tejido social de pequeños agricultores locales. Me permite recibir alimentos con menos empaques donde puedo además retornar envases y recipientes. Me permite conocer otros “comensales” con inquietudes similares a las mías y aprender de los demás.

Los invito a que participen en esta Red de la cual hago parte, un ejemplo de proyecto sostenible, con un esquema sencillo pero clarísimo de economía circular, que además nos permite ser actores activos.

Ana María Lora, comensal de La Canasta

Receta de la semana es Arepas de Maíz con Chachafruto